El Reto de Emprender,  Arte o Ciencia?

 “Crear un negocio puede partir de una buena idea, pero no vive de ella. Es preferible moverse en terrenos que se conocen, acompañarse de los socios estrictamente necesarios, dejar muy claras las responsabilidades y remuneraciones de cada uno y planificar el futuro.” 

(1) Fernando Trías de Bes 

Al enfrentarse a un nuevo proyecto o a un folio en blanco, cada persona recurre a distintas fuentes internas y externas, a su saber hacer o a su arte para crear una obra que pueda ser el propósito más importante de su vida. 

¿Y cómo debemos tratar entonces este proceso creativo? 

El arte y la ciencia son netamente diferentes, puesto que la ciencia intenta comprender y explicar el mundo a partir de un conocimiento acumulado en el tiempo, basándose en resultados reproducibles y en hechos demostrables y contrastados. Se esfuerza por buscar la objetividad. 

Mientras que las artes expresan el mundo a partir de las experiencias idiosincráticas, la intuición, el movimiento y las metáforas. Se trata de un proceso creativo subjetivo y sensorial, mayoritariamente independiente e individual. (2) 

✅ Por otra parte, tendríamos las humanidades, esas disciplinas que observan la condición humana que utilizan los métodos analíticos, críticos y especulativos para hacer las valoraciones necesarias, e intentar crear las leyes del comportamiento humano. Y que nos ayudan a conjugar nuestras relaciones y llegar a acuerdos comunes que satisfagan a los partícipes en un proyecto. 

⚠️ El proceso de Emprender es un compendio o fórmula de todas estas ideas. Cómo dejar aparte el arte a la hora de diferenciar y distinguir nuestra idea, sobre el maremágnum de actividades profesionales y empresariales que existen, en nuestro entorno, hoy en día. 

¿A quién no le gustaría reducir la incertidumbre y el riesgo al fracaso?

Para ello, nada mejor que utilizar un sistema que nos otorgue la posibilidad de reproducir resultados de proyectos exitosos anteriores, que se basan en hechos demostrables y que nos marcan un camino a seguir. 

¿Y cómo no atrevernos a soñar? ¿Qué parte de nuestra humanidad no debemos tener en cuenta, a la hora de hacer un proyecto empresarial propio, que puede llegar a ser nuestro medio de vida y nuestra más grande creación? 

Cuando en nuestras horas más reflexivas desarrollemos esas ideas que pueden constituir un proyecto único, reseñable y que aporte valor, deberemos centrarnos en los números. Esos tediosos datos que acumulan información y que reflejan, en la mayoría de las ocasiones, nuestros límites de inversión y de riesgo. 

Centrándonos en la disciplina de la ciencia, que nos permite repetir resultados que sean de éxito, deberemos aceptar la recomendación de mi amigo, el profesor de la Harvard Business School, (2) William Salman, cuando recomienda organizar el plan de negocio en torno a cuatro factores determinantes para una empresa: 

  • 📍El equipo, es decir, el personal que sacará adelante el proyecto y las empresas externas que proporcionarán los recursos necesarios para ello. 
  • 📍La oportunidad, el perfil del negocio: qué venderá esa empresa y a quién, cuál es su capacidad de crecimiento, su rentabilidad esperada y qué obstáculos pueden presentarse. 
  • 📍El contexto o panorama general: el marco regulador, los tipos de interés, las tendencias demográficas, la inflación, etc. Es decir, los factores externos y variables que no pueden controlarse. 
  • 📍El riesgo y beneficio, una evaluación de todo lo que puede ir bien o mal, así como una reflexión sobre cómo responderá el equipo ante diversos escenarios. 

Pero no podemos olvidar nuestro sueño, nuestra humanidad, ¿qué es lo que nos proponemos realizar en la vida? ¿qué actividad o creación nos acerca al legado, que nos gustaría dejar, para los que nos sucedan? ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿a qué parte de la sociedad queremos ayudar a satisfacer sus necesidades? ¿qué pretendemos conseguir? 

Respondiéndonos a estas preguntas, y a muchas otras, iremos desarrollando nuestro proyecto, paso a paso, con buenos hábitos y disciplina para trabajar por nuestros fines y propósitos de vida. 

Y cómo olvidar finalmente, aplicar tu arte, tu esencia, tu creatividad. Ese elemento diferenciador que hará del proyecto algo único e inigualable, 

Aplicando el arte personal o colectivo al proyecto lo dotará de personalidad y, de las emociones necesarias para que puedan transmitir nuestros mejores valores, a toda aquella persona que desee ser nuestro público y finalmente nuestro cliente. 

Pero, ante todo, no olvides hacer seguimiento, modificar, rectificar y adaptar aquello que ofreces y vendes a los gustos y cultura en la que desarrollas el proyecto. Sé vigilante de tu creación hasta que funcione de manera autónoma e independiente y, en ese momento, déjala “vivir y crecer” y conviértete en testigo orgulloso de tu creación. 

Bibliografía: 

(1) Reflexiones para iniciar un negocio. Fernando Trías de Bes 

(2) Interplay of Perspextives: History, Art & Cu.lture + Science. Interdisciplinary Crossover and Collaboration. Office of the Secretary by order of Office of Policy and Analysis, Smithsonian Institution

(3) Cómo crear un plan de Negocio. Harvard Business Review Press